
En el día a día, con las prisas y las carreras, no se aprecia todo el trabajo realizado y sobre todo todas las vivencias y los cambios experimentados. Es en estos momentos, cuando te paras y rebuscas en el baúl de los recuerdos, cuando empiezan a aflorar y, en un segundo, pasa por tu mente, como si se tratara de una película sin cortes publicitarios, desde el día que llego el alumno o alumna al Centro hasta hoy, que estamos preparando la despedida.
En estos momentos sientes pena de no volver a reír en el aula las peculiaridades de cada uno y de cada una, de las regañinas, también. En definitiva de los momentos buenos y menos buenos que todos ayudan a crecer.
Pero, como un resorte, estos momentos de nostalgia pasan a ser momentos de alegría e ilusión al ver, que esas personitas que llegaron al Centro con ansias de que tu les enseñaras y de aprender, han crecido, madurado y buscan su sitio en las sociedad y cada uno de nosotros, como maestros y maestras del Centro, hemos puesto nuestro granito de arena para que sean felices y sobe todo sean personas autónomas allí donde se encuentre.
Felicidades: José Antonio, Rocío y Rodrigo.